Siguiendo nuestra teoría del cambio, en el marco de nuestro 27° Aniversario, ahora nos enfocamos en una de las cinco aristas fundamentales que dirigen nuestras acciones: el entrenamiento, que permite elevar la calidad del desempeño de los profesionales de la salud y potenciar nuestro impacto en la comunidad
Invertir en formación y desarrollo permite abordar de manera más efectiva los desafíos y necesidades que enfrentamos en el sistema de salud peruano.
Teoría del cambio: entrenamiento
La falta de capacitaciones adecuadas en el personal de salud es una problemática que afecta tanto a los profesionales como a los pacientes. Compromete la calidad de la atención médica y dificulta la actualización de conocimientos y adopción de nuevas prácticas, por lo que es fundamental garantizar programas de capacitación continuos y accesibles para asegurar una atención de calidad y segura para todos.
Curso del uso clínico del oxígeno a personal médico en Arequipa. Foto de Diego Diaz / PIH
Por ello, con el objetivo de asegurar el derecho a la salud, establecemos alianzas estratégicas con reconocidas instituciones médicas y académicas a nivel mundial. Nuestro propósito es superar las barreras de acceso al conocimiento en salud global y formar a la nueva generación de líderes centrados en la construcción de sistemas de salud sólidos y equitativos que conecten a las comunidades desatendidas con una atención efectiva, equitativa y de calidad.
En consecuencia, potenciamos las capacidades de especialistas en salud, personal del primer nivel de atención, agentes comunitarios, sociedad civil, voluntarios, profesionales jóvenes y estudiantes nacionales e internacionales de carreras afines a la medicina, para mejorar la entrega y cobertura de los servicios de salud para aquellos que más lo necesitan.
Acceso equitativo al conocimiento en salud global
Con el firme compromiso de promover una educación equitativa, innovadora y de calidad en salud, a través de nuestra Unidad de Entrenamiento capacitamos a más de 12,756 profesionales de la salud en el último año, tanto especializados como no especializados, para garantizar un acceso equitativo al conocimiento en salud global, lo cual fue posible a través de:
Programa de voluntariado
Un total de 48 voluntarios se unieron al equipo de Socios En Salud durante el 2022, de los cuales 30 eran de nacionalidad peruana y 18 provenían de diversas partes del mundo. Este equipo humano contribuyó en diferentes ámbitos, desde la traducción de documentos y materiales para facilitar el acceso a fuentes de conocimiento, hasta la colaboración en actividades específicas para programas de SES, como el de Tuberculosis, Salud Mental y, especialmente, Salud Comunitaria.
La participación de estos voluntarios, que abarcaban más de 20 carreras profesionales y tenían perfiles multidisciplinarios, permitió un intercambio enriquecedor de experiencias en torno a problemáticas como las brechas de acceso a la salud y la injusticia social que fueron positivas gracias al involucramiento del equipo de voluntarios con la labor y valores de Socios En Salud.
De Estados Unidos a Carabayllo
Anya Hirschfeld tiene 21 años y es estudiante de Ciencias Sociales en Dartmouth College (Hanover, Estados Unidos). El voluntariado ha sido su pasión desde muy joven, lo cual la llevó a escuchar de Socios En Salud (SES).
“Decidí venir a Perú porque quería obtener experiencia en salud global y conocer las comunidades que no tienen acceso al sistema de salud”, comenta Anya.
Anya Hirschfeld visitando a la pequeña Alessia en Carabayllo, quien fue evaluada a través del proyecto CASITA con el propósito de identificar posibles riesgos en su desarrollo. Foto de Monica Mendoza / PIH
Durante sus más de dos meses de pasantía en el proyecto CASITA del Programa de Salud Infantil, Anya tuvo la oportunidad de aprender sobre la importancia de la búsqueda activa de niños de 6 a 24 meses de Carabayllo en riesgo de sufrir retraso en su desarrollo infantil, así como las diversas estrategias implementadas por SES para abordar esta problemática.
Además de adquirir conocimientos prácticos sobre salud infantil y desarrollo comunitario, también se sensibilizó profundamente ante la realidad de la falta de acceso a servicios de salud en determinadas poblaciones.
“Admiro que siempre están dispuestos a atender a las personas con menos posibilidades de acceder al sistema de salud. He aprendido mucho de los profesionales de la salud, quienes me han capacitado a lo largo de mi estadía”, explica.
Actualmente, Anya ya regresó a Estados Unidos con una determinación renovada y un propósito claro: trabajar en políticas de salud global y emprender proyectos enfocados en la equidad en salud.
Con pasión y compromiso, ella ha decidido esforzarse por marcar una diferencia duradera en la vida de aquellos que enfrentan dificultades en el sistema de salud.