Investigadora Megan Murray de Harvard responde a preguntas frecuentes sobre el coronavirus

Publicadas en
Vie, Mar 13 2020

Artículo traducido por Socios En Salud, Perú.

La dra. Megan Murray es profesora Ronda Stryker y William Johnston de Salud Global en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y Directora de Investigación en Partners In Health / Socios En Salud y en la División de Equidad en Salud Global del Hospital Brigham and Women’s de Boston. Tiene décadas de experiencia como epidemióloga y especialista en enfermedades infecciosas y ha dirigido equipos de investigación multidisciplinarios cuyo trabajo ha abarcado continentes.

A continuación, dra. Megan proporciona información valiosa sobre cómo se propaga el nuevo coronavirus, si se está preparando una vacuna y qué podemos hacer todos para reducir el riesgo de infección.

¿Cómo se transmite?

COVID-19 es un virus respiratorio (como el resfrío común) y se transmite a través de gotitas respiratorias, lo que significa gotas de líquido de la nariz o la boca que se emiten al toser, estornudar o incluso hablar. Es posible que algunas de las partículas virales emitidas de esta manera terminen en superficies (manijas de puertas, postes del transporte público, monedas) donde podrían permanecer viables. Estos objetos se convierten en «fómites», objetos sin vida que pueden transferir infecciones entre personas. También es posible que COVID-19 pueda transmitirse como un aerosol, en otras palabras, en el aire, por inhalación directa del virus, pero hasta ahora, no hay evidencia concluyente de eso. El virus también se ha identificado en las heces y, con menos frecuencia, en otros fluidos corporales como la sangre o la orina, lo que aumenta la posibilidad de que sean posible otras vías de transmisión, aunque no está claro si eso ha contribuido al actual brote.

¿Cuáles son los síntomas y el curso clínico de la enfermedad?

COVID-19 generalmente comienza con fiebre leve, tos seca, dolor de garganta y malestar general. A diferencia de las infecciones por coronavirus que causan el resfriado común, generalmente no se asocia con secreción nasal. En la fase temprana de la enfermedad, la enfermedad suele ser leve. Con mayor frecuencia, en aproximadamente 80 % de los casos sigue siendo leve y puede no requerir intervención médica directa.

Alrededor del 14 % de las personas desarrollan neumonía grave acompañada de hipoxia (falta de oxígeno) y 5 % se consideran críticas, lo que significa que experimentan insuficiencia respiratoria que requiere ventilación mecánica.

Aunque sabemos que las personas mayores y las personas con problemas cardíacos o diabetes tienen un alto riesgo de sufrir efectos graves, aún no se ha confirmado por qué estas personas experimentan estos resultados.

Hemos escuchado mucho sobre el bloqueo público generalizado en Wuhan, China, las restricciones de viaje y otras medidas destinadas a frenar la propagación de COVID-19. ¿Puede describir algunas de esas medidas y, por ejemplo, las diferencias entre cuarentena, aislamiento y distanciamiento social?

Hay varios enfoques diferentes para restringir los movimientos para controlar una enfermedad epidémica. Un enfoque, el aislamiento, protege a las personas con la enfermedad y las mantiene alejadas de otras personas, para tratar de evitar que infecten a otros. Pero esto solo es completamente efectivo si la enfermedad se diagnostica en el momento en que se vuelven infecciosas o antes. Si las personas son infecciosas antes de tener síntomas o si algunas personas infecciosas nunca desarrollan síntomas, la transmisión puede ocurrir antes de que una persona sea diagnosticada y aislada.

Para las enfermedades con propagación asintomática significativa, la cuarentena se usa para separar y restringir los movimientos de personas sin signos de enfermedad que pueden haber estado expuestos a un caso infeccioso para que no infecten a otros durante ese período.

Una medida menos extrema es el distanciamiento social: pedirle a la gente que evite entornos grupales como escuelas, lugares de trabajo o grandes reuniones. El «cierre» de Wuhan es un ejemplo de distanciamiento social bastante riguroso.

Todos estos métodos pueden tener desventajas específicas. Los pacientes que están aislados dentro de las instalaciones de atención médica pueden recibir atención sub-óptima si las medidas de aislamiento dificultan que los trabajadores de la salud los atiendan. La cuarentena puede dar lugar a que en una misma vivienda convivan personas no infectadas con personas infecciosas que no muestran síntomas, pudiendo conducir a tasas mucho más altas de propagación dentro de las instalaciones de cuarentena.

Si las medidas de distanciamiento social implican la pérdida de empleo, educación o atención médica de rutina, ellas también pueden tener serios efectos negativos en la salud física y mental de las personas, así como en la economía.

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¿Son efectivas las máscaras para prevenir la transmisión?

En primer lugar, la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos exhortan al público en general a no comprar máscaras N95, ya que los trabajadores de la salud y los pacientes las necesitan y son escasos.

Dicho esto, los médicos y los pacientes usan varios tipos de máscaras para prevenir infecciones o retrasar la propagación de la enfermedad. Los cirujanos usan máscaras simples para evitar contaminar un sitio quirúrgico con gotas respiratorias, por ejemplo. Las máscaras quirúrgicas están diseñadas para proteger a otros, pero no necesariamente al usuario.

Las máscaras conocidas como «N95», en cambio, son mucho más resistentes y se ajustan firmemente alrededor de la nariz y la boca, bloqueando la mayor parte de la transmisión de incluso partículas pequeñas en el aire. Los usan pacientes o trabajadores de la salud que entran en contacto cercano con casos conocidos. Son bastante incómodas y muy caras, pero probablemente reducen la transmisión de infecciones a través de la vía respiratoria.

Muchos rumores han estado circulando sobre la enfermedad, incluidos los rumores sobre los impactos que son estacionales. ¿COVID-19 desaparecerá con un clima más cálido?

Algunos virus respiratorios, como la influenza, el virus sincitial respiratorio (VSR) y los coronavirus que causan el resfriado común, son estacionales, lo que significa que tienden a alcanzar su punto máximo durante los meses de invierno y disminuyen en verano. Este patrón estacional se debe a múltiples factores. En climas templados, las escuelas tienden tener actividades en invierno y las personas tienden a congregarse en edificios cálidos en climas fríos; Estos factores de comportamiento significan que la tasa de contacto es a menudo más alta en invierno que en verano.

Se sabe que la humedad también juega un papel en la transmisión de la influenza, con tasas más altas de transmisión durante los períodos en que el aire es más seco, lo que suele ser el caso en invierno. Además, existe cierta evidencia de que hay diferencias estacionales en la capacidad de las personas para responder a las enfermedades con sus sistemas inmunes. Esto a menudo se atribuye a los niveles de vitamina D, que son más altos en el verano debido a una mayor exposición a la luz UV. Esta teoría está respaldada por al menos un análisis reciente, que mostró que la suplementación con vitamina D redujo modestamente la aparición de infecciones respiratorias agudas. Un estudio de otros dos nuevos coronavirus (SARS y MERS) encontró que estos persistieron en superficies inanimadas por períodos más largos en condiciones más frías y secas.

Por el contrario, múltiples observadores señalan que COVID-19 ya ha circulado ampliamente en Singapur, donde las temperaturas son habitualmente superiores a 26°C. Varios estudios han comparado las tasas de crecimiento epidémico en diferentes áreas de China con diferentes niveles de humedad absoluta, y encontraron que los cambios en el clima por sí solos probablemente no reducirían la incidencia de COVID-19 sin la implementación de intervenciones de salud pública.

Además, por supuesto, las estaciones no son las mismas en todo el mundo. Incluso si la transmisión de COVID-19 disminuye a medida que aumentan las temperaturas en el hemisferio norte, el virus ya se ha detectado en el hemisferio sur, y la transmisión en esas regiones podría intensificarse a medida que el clima allí se enfría.

¿Cuánto tiempo pasará hasta que una vacuna esté disponible para su uso?

El desarrollo de vacunas ha avanzado a un ritmo sin precedentes. Varias compañías y equipos de investigación ya tienen vacunas que probablemente están listas o casi listas para ser probadas en humanos. Sin embargo, las vacunas nuevas requieren un conjunto complejo de ensayos para establecer la seguridad, la inmunogenicidad, la dosificación óptima y más. Este proceso puede llevar más de un año.

Por lo general, el proceso de ensayo clínico para que las vacunas estén disponibles comercialmente requieren de tres pasos:

Los ensayos de fase 1 generalmente se realizan en pequeños grupos de voluntarios sanos y están diseñados para establecer si se producen efectos adversos graves con el aumento de las dosis y si la vacuna produce la respuesta inmune esperada.

Los ensayos de fase 2 están diseñados para replicar los resultados de la fase 1 en poblaciones más diversas de voluntarios, y para probar diferentes programas de vacunas.

Una vez que se establecen la seguridad, la inmunogenicidad y la dosificación óptima, se realizan estudios de fase 3 para determinar la efectividad de una vacuna. Los estudios de fase 3 suelen ser mucho más grandes que los estudios de fase 1 o 2, y se realizan entre personas en riesgo de infección. Sin embargo, durante el brote de ébola del 2014, se propusieron y llevaron a cabo nuevos diseños de ensayos de vacunas que permitieron tamaños de muestra reducidos y un proceso de ensayo más rápido.

Se requiere completar los tres pasos para que una vacuna sea aprobada por la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos). El Director del NIAID (Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos) ha estimado que este proceso tomaría de 12 a 18 meses, y que una vacuna comercial no estaría disponible hasta después de eso. El primer ensayo clínico de fase 1 está programado para comenzar en los próximos dos meses.

¿Es probable que Estados Unidos experimente una epidemia?

La mayoría de los expertos creen que es inevitable que COVID-19 se propague en los Estados Unidos de América (EE.UU.). Puede ser posible retrasar la transmisión con algunos de los métodos de aislamiento mencionados anteriormente, pero es poco probable que haya una vacuna disponible en el futuro cercano.

Varios factores podrían hacer que controlar una epidemia sea especialmente difícil en los EE. UU. En EE.UU. estamos en medio de una temporada de influenza particularmente mala, y será difícil saber si uno tiene gripe estacional o COVID-19. Esto podría aumentar el número de personas que necesitan hacerse la prueba, haciendo que las pruebas sean más caras y logísticamente más desafiantes. Muchos pacientes pueden mostrarse renuentes a someterse a un examen por lo que consideran una enfermedad leve, porque aquellos que no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente pueden necesitar pagar las pruebas o la visita al médico. Las personas enfermas también pueden ser reacias a quedarse en casa del trabajo si no tienen licencia por enfermedad o no tiempo libre remunerado.

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¿Cuáles son otras consecuencias de la epidemia de COVID-19?

Una de las consecuencias que hemos visto hasta ahora, en Wuhan, es que las personas que necesitan atención médica para otros problemas de salud no han podido obtener esa atención porque los hospitales y el personal médico están completamente lidiando con el virus.

Los informes de noticias describen a personas en la región de Wuhan que no han podido recibir diálisis o quimioterapia durante el último mes. Hasta ahora, no hemos podido obtener datos sobre si la mortalidad general ha aumentado en Wuhan como resultado de esta falta de acceso a la atención de salud.

¿Qué debo hacer para reducir mi riesgo de infección?

Hay muchos consejos prácticos disponibles de los CDC y la OMS sobre formas de protegerse de la infección y prepararse para la posibilidad de una epidemia.

Algunos de estos son obvios:

• Lávese las manos con frecuencia.

• Intenta no tocarte la cara.

• Evite a las personas que tosen u obviamente están enfermas.

• Evite grandes multitudes, si es posible.

• No vaya a trabajar si está enfermo. Envía a tus trabajadores enfermos a casa.

• Si necesita buscar atención médica para una enfermedad similar a la gripe, llame con anticipación y solicite instrucciones sobre dónde ir.

• Si está enfermo, no vaya a visitar a sus amigos y vecinos ancianos o inmunocomprometidos.

Otros consejos menos obvios:

• Considere tener un plan para lo que podría hacer si se implementan medidas de distanciamiento social o si fue puesto en cuarentena.

• Considere no realizar viajes innecesarios (y posiblemente incluso viajes necesarios, si es a lugares de alto riesgo).

• Piense en cómo usted y sus equipos pueden trabajar desde casa, como opciones para llamadas de conferencia, etc.

• Asegúrese de tener un suministro razonable de cualquier medicamento recetado que necesite.

• Tenga a mano algunas provisiones de emergencia, pero no necesariamente tiene que volverse loco comprando todo el suministro de productos enlatados de una tienda de comestibles.