William logró convertir los muros de la TB en un peldaño, así que un día dejará la cama que lo esclavizó durante meses, se levantará también de la silla de ruedas y correrá para alcanzar a los demás, en un mundo que no espera a nadie. Socios En Salud, desde hace veinte años nació con la sola idea de brindar cuidado y atención médica a las personas que más lo necesitan, como es el caso de William, que sufre el mal de Pott, un tipo de tuberculosis a la columna que dejó postrado, inmóvil de la cintura para abajo, con una sola idea en la cabeza: su mundo se acababa. El testimonio de William, es uno de los 31, 461 casos de tuberculosis en el Perú. Él igual que otros pacientes que reciben el diagnóstico de la TB caen un estado de depresión y piensan que ya no hace falta siquiera luchar contra nosotros, contra el dolor, las emociones o cualquier otro sentimiento que nos resquebraja el corazón.
“Si alguna consecuencia debía asumir por mis decisiones pasadas, sabia que no iban a ser tan fáciles superarlas”, menciona William cuando recuerda los días postrado en cama.
Para él, el final parecía dibujado. Los esfuerzo de su hermana Yadira y Juana, su madre, no fueron suficiente para no pensar en lo peor. Cansado de ir por un camino lleno de adversidades, Wiliam decidió perder y su familia desde su profunda humanidad también se cansó. Llegaron a un punto desde el cual parecía que ya no había vuelta atrás. Sin embargo, algo se vislumbró a la distancia. Socios En Salud conoció el caso de la familia y decidió prestarles ayuda económica, social y psicológica, convirtiéndose en el soporte emocional de estas personas que luchaban contra una pobreza que carcome lentamente, y una enfermedad que los había sumido en la desesperación. William decidió jugárselas una vez más y poco a poco logró moverse, hasta que consiguió sentarse solo. Un día su mundo comenzó a derrumbarse más rápido de lo que podían reconstruirlo, pero lograron comenzar de cero, desafiando a la necesidad y a la derrota. Las sonrisas volvieron a escucharse en casa, los gritos desaparecieron, las lágrimas se acabaron, y si en algún momento se les corta la respiración, es solo para recordar como en un año la vida se fue ante sus ojos.
Juntos desafiaron todos sus miedos y le dieron cabida a la esperanza, entendieron como dijo el autor escocés Samuel Smiles, que “la vida tiene su lado sombrío y su lado brillante; de nosotros depende elegir el que más nos plazca”.
William: Una lucha que le pone Fin a la Tuberculosis
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Vie, Mar 24 2017