Desde hace 25 años nos esforzamos por garantizar el derecho de toda persona a acceder a una atención de salud oportuna y de calidad. Guiados por nuestro compromiso, trabajamos para fortalecer el sistema de salud peruano y acompañar a los pacientes en todos y cada uno de sus pasos. La comunidad fue, es y será el centro de nuestro trabajo. Por ello, queremos compartir algunas de sus historias de vida con todos ustedes:
Fernando Hilario tiene 6 hijos, 12 nietos y 75 años. Desde hace 15 años vive en la parte alta del AA. HH. Los Libertadores en el distrito de Carabayllo.
Hace 30 años sufrió quemaduras en su brazo derecho al intentar apagar el fuego de la maleza en su chacra en Arahuay, distrito de Santa Rosa de Quives a 44 km de Lima.
El mercado de Luciana en Carabayllo solía ser su lugar de trabajo; sin embargo, debido a la pandemia ocasionada por la COVID-19 tuvo que dejar su puesto de jugo de naranja, lugar donde trabajaba al lado de su hija.
Fernando es consciente de que su salud es la clave para que pueda disfrutar de sus nietos, por eso acudió al llamado de las agentes comunitarias de salud (ACS) cuando tocaron su puerta.
“Anteriormente, ya las había visto; sin embargo, no tuve el valor de acércame”, expresó.
A pesar de su dificultad para caminar Fernando se armó de valor, y con la ayuda de las ACS logró ser atendido por los profesionales de salud del Programa de Tuberculosis de Socios En Salud a través de la Mochila TB, una herramienta tecnológica y portátil utilizada para descartar tuberculosis en zonas de difícil acceso.
Gracias a esta intervención, Fernando descartó la tuberculosis, pues algunos meses atrás sus vecinos fueron diagnosticados con esta enfermedad, situación que lo mantuvo preocupado, ya que en algún momento estuvo en contacto con ellos.
En la actualidad, Fernando disfruta compartiendo todas sus anécdotas e historias de su vida al lado de sus nietos e hijos. “Puedes tener todo el dinero del mundo, pero si no tienes salud no tienes nada”, exclamó.
Desde Socios En Salud seguiremos trabajando para fortalecer los sistemas desde un enfoque comunitario y haremos todo lo posible para que el derecho a la salud de nuestros pacientes se convierta en una realidad. Porque creemos fielmente que todas las vidas tienen el mismo valor.
Cuando tenía 16 años, Sonia Sánchez fue diagnosticada con esquizofrenia. “Desde ese entonces nada volvió a ser igual”, comentó Violeta Sánchez, hermana y cuidadora de Sonia.
Violeta tiene dos hijos y sufre diabetes al igual que su madre, ambas son la fuerza y el soporte que Sonia necesita para mejorar la adherencia al tratamiento, pues ella ama muchísimo a su familia.
“Cuando veo a mi madre y hermana mal, yo también me siento mal, ellas son mis tesoros”, expresó Sonia de 52 años.
En una ocasión, mientras Sonia se dirigía a comprar pañales para su mamá, fue impactada por un taxi, situación que la dejó con un fuerte dolor en su rodilla. Ella solía tomar 3 pastillas diarias y cada 21 días recibía medicación en el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi; sin embargo, debido a la llegada de la COVID-19 tuvo que dejar su tratamiento y psicoterapia.
La vida de Violeta no ha sido nada fácil, pues ella se convirtió en padre y madre de todos, incluso tuvo que dejar su vida personal de lado. Cada tarde, Violeta alquila una mototaxi, pues ella es la única fuente de ingreso para su familia. Además, mensualmente se encarga de llevar y acompañar a Sonia al Centro de Salud Mental Comunitario Asiri en Carabayllo.
“Llegó un momento, en el cual mi madre se encontraba en el hospital Cayetano Heredia debido a una cangrena en la pierna, mientras que mi hermana estaba internada en el Hospital Noguchi. Muchas veces me sentí abrumada por esta situación, es difícil asumir toda esta carga sola; sin embargo, valoro la salud y compañía de mi madre, hermana e hijos.”, compartió.
En la actualidad, Violeta ya no está sola, pues Sonia es beneficiaria del proyecto de Trastorno Mental Crónico del Programa de Salud Mental Socios En Salud, intervención que fortalece la atención programática establecida por el Ministerio de Salud (MINSA). Las estrategias psicoemocionales no solo están pensadas en el paciente, sino también buscan involucrar al entorno familiar a fin de fortalecer la adherencia al tratamiento y rehabilitación positiva del paciente en su entorno social.
Ahora, Rosa Silva, agente comunitaria de Socios En Salud, se encarga de cuidar, acompañar y asegurar de que Sonia tome todas sus pastillas, reciba tratamiento y asista a las terapias psiquiátricas en el CSMC ASIRI. Además, siempre está pendiente de ser un soporte para Violeta.
“Considero a Rosa una amiga, siempre está llamándome, me pregunta ¿Cómo me siento?, Si ya tomé mis pastillas, ella es muy gentil conmigo”, manifestó Sonia.
Sonia mejora progresivamente y su alegría es motivo de celebración para toda su familia. Mientras Violeta se siente acompañada en este difícil camino.
Edilberto Chávez nació en Cajamarca y hace más de 30 años vive en Carabayllo, Lima al lado de su esposa María, quien sufre de diabetes e hipertensión arterial. A sus 57 años, Edilberto trabaja en su mototaxi y por las noches es guardia de seguridad en su barrio.
En el 2020, Edilberto fue diagnosticado con hipertensión arterial y obesidad durante el estado de emergencia sanitaria. Él y su esposa sintieron mucho temor de acudir al establecimiento de salud, debido al alto nivel de vulnerabilidad que ambos se encontraban frente a la COVID-19, situación que los alejó de la atención médica por completo.
Meses después, Edilberto sufrió un accidente. Se desvaneció y cayó al suelo, circunstancia que lo llevo a perder el conocimiento alrededor de 3 minutos. Lamentablemente, nadie pudo hacer nada por Edilberto, pues ninguno de sus hijos estaba presente en ese momento.
“No hubiese podido levantarlo, así yo quisiera. No tengo la fuerza suficiente, él pesaba demasiado”, expresó María, esposa de Edilberto.
Al igual que muchas personas, Edilberto cayó en el mal hábito de la automedicación, ya que no era consciente del riesgo que esta podía ocasionar en su salud.
“No tuve otra salida que comprar los medicamentos con una receta antigua de mi esposa, sin control ni evaluación de un profesional de la salud”, expresó Edilberto.
María y Edilberto son beneficiarios del proyecto de Enfermedades Crónicas del Programa de Salud Comunitaria de Socios En Salud, intervención que busca fortalecer la salud clínica, nutricional y mental en personas con diabetes mellitus tipo II e hipertensión arterial en coordinación con la Dirección de Redes Integradas de Salud Lima Norte.
A la fecha, ambos reciben medicación y atención en el Hospital de Apoyo de Carabayllo, pues las agentes comunitarias de salud (ACS) se encargan de acompañar y orientar en cada proceso de atención al acudir al establecimiento de salud. Asimismo, reciben visitas domiciliarias por las ACS cada semana con la finalidad de controlar su presión arterial y glucosa.
Edilberto recibió soporte nutricional a través del chatbotChatea con tu Nutri, de esta manera logró bajar 8 kilos en 3 meses.
“Desde muy joven siempre me ha gustado comer bien; sin embargo, gracias a la atención del nutricionista de Socios En Salud, ahora soy otra persona. Inclusive hago ejercicios y me alimento con verduras”, compartió.