Mabel Azaña es una joven de 20 años, quien a sus 16 años pasó por lo que podría ser la peor etapa de su vida. Su núcleo familiar estaba formado por su mamá, papá, dos hermanas y un hermano, familia que dentro de todas las carencias, era muy unida. No obstante, la vida dio un giro y hace cuatro años la mamá de Mabel contrajo la tuberculosis.
Cuando la señora Mattos empezó su tratamiento para la TB, conoce a Socios En Salud. En este largo proceso, “Socios“, le brinda acompañamiento social a la familia; sin embargo, una de sus hijas, Gabriela, hermana mayor de Mabel le diagnostican una enfermedad que comprometía a su columna.
Tras una complicada operación, la vida de Gabriela deja de ser la misma. Los médicos encontraron un tumor benigno cerca del cuello que al reventarse causó una metástasis; en pocos días llegó a su corazón y Gabriela falleció. Mientras la familia se recuperaba de esta situación, ocho meses después Elizabeth, la otra hermana mayor de Mabel, falleció de un derrame cerebral.
Una situación inusual en la vida de cualquier persona. Sin embargo, la vida de Mabel no podía parar, su madre estaba a pocos meses de acabar con su difícil tratamiento para la tuberculosis; por ello, su espíritu nunca se amilanó y siempre mantuvo esa esperanza de recuperar su unión familiar, a pesar que sus hermanas ya no estaban con ella.
A los pocos meses de estos sucesos, una familia americana al conocer de su caso, decide ayudar con una beca para que Mabel recupere su vida y rompa el ciclo de enfermedad y pobreza.
Cuando conocí a Mabel, le pregunté qué fue lo que en medio de todo ese triste panorama hizo que tuviera la decisión de salir adelante y fue esto lo que nos respondió “vi las necesidades que se presentaban día a día en mi casa, mi madre recuperándose de una enfermedad a la que yo también podría se frágil. No podía perder esa oportunidad”.
Para Mabel, estudiar no era ajeno. Su hermano mayor desde muy joven trabajo y estudio, invirtió en su educación y le enseñó que podía superarse. Fueron esos los factores que la impulsaron a tomar la beca para sacar adelante a su familia y cumplir sus objetivos personales.
“Siempre me sentí sola, lidiando con la salud de mi madre. Solo un familiar nos apoyo y los demás se alejaron”, mientras recordaba esos años Mabel menciona sentirse acompañada por Socios En Salud.
“Al señor Genaro lo conocí cuando me dieron la beca, pero antes de él varias señoritas enfermeras venían a brindar tratamiento a mi madre. Siempre los sentí como mi familia”, con nostalgia recuerda esos momentos, “siempre estuvieron ahí, fueron la familia que necesitaba”.
Durante todo el proceso solo un familiar estuvo todo el tiempo con ellas, los demás se alejaron. Para Mabel y su madre las personas de Socios En Salud fueron su familia.
Tras superar la enfermedad y culminar satisfactoriamente sus estudios, ahora Mabel se encuentra graduada de la carrera técnica secretariado ejecutivo, su siguiente meta es trabajar y entrar a la universidad para estudiar Fisioterapia y Rehabilitación. Este último objetivo deviene del año que lidió con la enfermedad de su hermana y su madre.
“Gracias por creer en mi”, Mabel.