Era inicios del 2023 cuando Genesis empezó a buscar videos sobre autismo en TikTok, al percatarse de que Ghael, su pequeño hijo de 1 año y 2 meses, era poco sociable y no respondía a su nombre, lo cual generó una alerta sobre el adecuado desarrollo de su niño. En busca de respuestas a sus dudas, Genesis llegó al puesto de salud Jorge Lingán de Carabayllo, donde las mamás de la comunidad local acuden con sus niños para recibir sus esquemas de vacunación y sus Controles de Crecimiento y Desarrollo (CRED).
Es aquí que los caminos de Genesis, Ghael, y la intervención comunitaria en desarrollo infantil temprano, CASITA, se cruzaron en el momento oportuno: a través del proyecto de Salud Infantil, Socios En Salud (SES) identifica a los niños que necesitan reforzar sus habilidades de acuerdo a los resultados de los CRED, en coordinación con establecimientos de salud como el Jorge Lingán.
A partir de ese momento, CASITA, que realiza una intervención en niños con riesgo o retraso en su desarrollo, inicia una labor de tamizaje para identificar posibles participantes en la comunidad, a través de un listado de niños proporcionado por el establecimiento de salud y censos aplicados por el equipo en las zonas de intervención y con base en el test de la Escala de Evaluación del Desarrollo Psicomotor (EEDP) para niños menores de 2 años.
“Es un seguimiento por el que estoy agradecida”, comenta Genesis sobre el contacto que aún mantiene con la agente comunitaria Cristina Núñez. Foto de Monica Mendoza / PIH
En el caso de Ghael, el resultado de su EEDP arrojó retraso en su desarrollo, y Genesis respondió de inmediato a la invitación para participar en CASITA.
“Nos dieron la fecha para venir aquí y yo lo empecé a traer, no faltó a ninguna sesión”, menciona orgullosa Genesis, que desde febrero de este año asumió el compromiso de llevar a Ghael a cada una de las 12 sesiones de CASITA en el local comunitario de 28 de julio de Carabayllo.
El rol vital de las agentes comunitarias de CASITA
En CASITA, las agentes comunitarias de salud (ACS) son entrenadas por SES en metodologías de desarrollo infantil, estimulación temprana, soporte socioemocional para cuidadores, entre otras, para dirigir las 12 sesiones semanales del proyecto. Esto les permite estar capacitadas para identificar factores de riesgo o alertas en los niños, y priorizar actividades que necesitan reforzar sobre otras.
El caso de Ghael no pasó desapercibido por Cristina Núñez, la agente comunitaria que lideró el grupo de CASITA donde participó ´Ghaelito´, como le llama de cariño. Recuerda como si fuera ayer sus primeras sesiones.
Actividades como el juego de los fideos con la botella han permitido mejorar la coordinación de Ghael. Foto de Monica Mendoza / PIH
“No quería socializar, ni que nadie le hablara o le mirara, se corría de los juegos”, dice Cristina. También identificó que el área de lenguaje era donde necesitaba mayor trabajo, dado que no podía pronunciar sílabas ni palabras completas.
Cristina alertó al proyecto de Salud Infantil de lo que estaba pasando, y al existir una evaluación previa del servicio de psicología del puesto de salud Jorge Lingán que refería la atención de un especialista para Ghael, el equipo de SES reforzó la importancia de su atención oportuna. Desde ese momento, Genesis recibió acompañamiento para que el puesto de salud iniciará el proceso de derivación de su hijo al Centro de Medicina de Rehabilitación Los Olivos de Pro, bajo sospecha de autismo.
Mientras tanto, Ghael siguió con sus sesiones de CASITA. Hasta que en la quinta sesión algo sucedió.
“Yo estaba sentada conversando con las mamás, cuando de pronto Ghael se paró y vino a abrazarme fuerte”, recuerda Cristina, que no esconde la alegría que sintió el día que lo vio socializar con mayor soltura.
Desde entonces, Genesis notó mejoras significativas en su pequeño hijo: empezó a pronunciar vocales, a ser más sociable con otros niños, y a concentrarse en las actividades de CASITA que estimulaban su área motriz y de coordinación.
Los módulos de CASITA estimulan áreas como la motriz, la social, la coordinación y el lenguaje en los niños. Foto de Monica Mendoza / PIH
Un nuevo capítulo
Ghael se convirtió en el primer participante de CASITA en ser derivado a un Centro Médico de Rehabilitación, donde desde el 31 de mayo llevará 10 sesiones de terapias de lenguaje. Al concluir estas sesiones se podrá determinar si debe ser atendido por un neurólogo pediatra, quien brinda el diagnóstico final de autismo.
Según el Ministerio de Salud (MINSA), la pandemia del COVID-19 provocó que muchos niños perdieran escenarios de socialización y estimulación producto de la cuarentena obligatoria, lo cual ha impactado en el desarrollo del lenguaje.
Ghael es uno de esos niños: nació en junio del 2021.
“Mientras más oportuna sea la detección, más rápidas las terapias y tratamiento para que el niño pueda entablar o pronunciar mejor las palabras”, precisa Keysi Caque, médico jefe del puesto de salud Jorge Lingán. La especialista también menciona que no son pocos los padres que acuden con niños de 3 o hasta 4 años con dificultades para pronunciar palabras y formar oraciones, quienes creen que esto es totalmente normal.
Por eso el enrolamiento oportuno a proyectos como CASITA es clave para que el desarrollo infantil temprano de niños como Ghael no se vea comprometido, así como la detección temprana de factores de riesgo en ojos de las agentes comunitarias. Todo esto, sumado al compromiso que asumen cuidadoras y madres como Genesis, puede cambiar el futuro de niños de las comunidades más vulnerables del país.
“Socios En Salud siempre está apoyando y es muy bueno para la comunidad”, recalca la doctora Caque.