En la crianza tradicional la responsabilidad del cuidado temprano de los niños y las tareas del hogar suelen recaer sobre la madre, mientras que la figura paterna adopta un rol proveedor, produciéndose una brecha en los roles de crianza. Esta desigualdad se agrava cuando el niño comienza la educación preescolar, lo que a menudo conduce a que los padres se desentiendan de sus hijos.
En el Perú, el 52,7 % de la población está de acuerdo con que “toda mujer debe cumplir primero su rol de madre, esposa o ama de casa y después realizar sus propios sueños”, según los datos recopilados por la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (ENARES) en 2019.
¿Qué es y qué aporta la paternidad responsable?
La paternidad responsable se refiere al compromiso y la responsabilidad que los padres asumen hacia sus hijos. Esto implica estar presentes física y emocionalmente, brindarles apoyo, guía y educación, así como tomar decisiones que promuevan su bienestar y desarrollo saludable.
La paternidad responsable conlleva una amplia gama de ventajas, tanto para los padres como para los hijos, y tiene un impacto positivo en la sociedad en su conjunto.
Algunos de los aportes fundamentales de la paternidad responsable son:
- Fomenta el vínculo afectivo: La paternidad responsable fortalece los lazos emocionales y establece una conexión profunda entre padres e hijos. Esto brinda a los niños una sensación de seguridad, apoyo, y un amor incondicional que perdura.
- Promoción de un desarrollo saludable: Los padres responsables se preocupan por el bienestar y el desarrollo integral de sus hijos. Proporcionan una crianza estructurada, establecen límites apropiados y crean un entorno propicio para el crecimiento emocional, cognitivo y físico de los niños.
- Modelos de conducta positivos: Los padres responsables se convierten en modelos a seguir positivos para sus hijos. Su presencia activa y comprometida en la vida de los niños les muestra cómo ser personas responsables, comprometidas y respetuosas en sus relaciones y en la sociedad.
- Impacto en la sociedad: La paternidad responsable contribuye al bienestar y al desarrollo positivo de la sociedad en su conjunto. Los niños criados por padres responsables tienen más probabilidades de convertirse en adultos equilibrados, resilientes y comprometidos con su comunidad, generando un impacto social duradero.
En resumen, la paternidad responsable crea un ambiente de crianza lleno de amor y estabilidad, promoviendo el desarrollo saludable y el bienestar emocional de los hijos, al mismo tiempo que genera un impacto positivo en la sociedad.
La implementación de una paternidad responsable es crucial para construir una sociedad inclusiva y equitativa, promoviendo la igualdad de género, el desarrollo integral de los hijos y la corresponsabilidad familiar, que generan un cambio positivo en la sociedad.
En agosto del 2022, Cayetana comenzó sus sesiones en CASITA, gracias a las cuales logró dar sus primeros pasos en los brazos de su padre, un momento que él siempre recuerda con nostalgia.. Foto de Diego Diaz / PIH
Socios En Salud comprometidos con la paternidad responsable
La intervención comunitaria CASITA, que forma parte de proyecto de Salud Infantil de Socios En Salud (SES), tiene como objetivo no solo promover el cuidado del desarrollo infantil temprano, sino también fortalecer las habilidades e interacciones equitativas entre los cuidadores y el niño durante su crianza, para impulsar relaciones seguras, sensibles y libres de violencia, y así construir una base sólida que ayude al menor a alcanzar su máximo potencial.
Un caso significativo, y de los pocos padres que se han involucrado con una participación activa en las sesiones de CASITA, es la historia de Henry Vilca (32), cuya mayor alegría en la vida es su hija, Cayetana. Desde el momento en que Cayetana llegó al mundo, se comprometió a ser un padre presente y responsable.
A los 15 meses, Cayetana fue evaluada mediante el test de la Escala de Evaluación del Desarrollo Psicomotor (EEDP), donde presentó riesgo en su desarrollo temprano en tres áreas: social, lenguaje y motora. Cuando descubrió que requería sesiones para fortalecer su desarrollo, Henry se convirtió en el mejor compañero de su hija.
Cada semana llevaba puntualmente a Cayetana a sus sesiones de CASITA en el local comunitario casa Grau de Carabayllo, acompañándola en cada ejercicio, participando activamente y alentándola en cada paso del camino.
“A pesar de la vergüenza de cantar en público, perdí el miedo para cantar al lado de mi hija”, comenta Henry sobre una de las actividades que más disfruta realizar en sus tiempos libres con Cayetana. Foto de Diego Diaz / PIH
Henry estaba siempre atento a las instrucciones de cada sesión y tomaba nota de las actividades que le enseñaban. Estaba decidido a aprender todo lo posible para apoyar a Cayetana en casa y continuar con su progreso fuera de las sesiones.
“Los profesionales de CASITA me han apoyado no solo con mi hija, también me han dado consejos sobre cómo ser un equipo con mi pareja, esto ha ayudado mucho a fortalecer los lazos de mi familia”, explica Henry, quien desde la primera sesión fue invitado y aconsejado constantemente sobre la importancia de una participación equitativa en la crianza.
Cuando llegaban a casa después de las sesiones, Henry convertía su hogar en un espacio de aprendizaje y estimulación para Cayetana. Creó un rincón especial con juguetes que se alineaban a las recomendaciones de cada módulo de CASITA.
A medida que Cayetana progresaba en su desarrollo, Henry estaba allí para aplaudir y animarla a seguir adelante. Su amor y apoyo incondicional se convirtieron en los cimientos sólidos sobre los que ella construía su confianza y seguridad en sí misma. “Estar al lado de Cayetana en su crecimiento le ayuda tanto a ella como a mí, y lo hago porque de verdad me nace”, asegura Henry, que aprendió a ser expresivo, a escuchar y atender las necesidades de su hija, algo que no había experimentado con su primer hijo y cuya relación también ha mejorado a raíz de la intervención de CASITA.
En la actualidad, Cayetana ha obtenido resultados considerables en su desarrollo del área social y motriz, además de avances significativos en su lenguaje. La historia de Henry es la historia de una crianza responsable y equitativa, además de un testimonio de su amor y dedicación hacia su hija. A través de su presencia constante y apoyo activo, Henry y su pareja se han convertido en el motor del crecimiento y desarrollo de Cayetana.
Su compromiso con la paternidad responsable está marcando una diferencia significativa en la vida de su hija, brindándole las bases sólidas para un futuro brillante y prometedor.