Del 21 al 26 de setiembre Latinoamérica conmemora la Semana de Prevención del Embarazo Adolescente, una fecha clave para tomar acción sobre los desafíos en cuanto a prevenir y reducir las cifras de embarazo adolescente se refiere, así como para sensibilizar a la población sobre sus consecuencias.
Según datos del Ministerio de Salud (Minsa), en los primeros cuatro meses de 2023 se han registrado más de 3 mil casos de embarazo adolescente en el Perú, siendo las regiones de Lima, Loreto y Piura las que lideran la lista de incidencias.
Además, de acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) de 2021, dos de cada tres embarazos adolescentes en el país no son planificados, lo que evidencia la gravedad de la situación.
Si expandimos el panorama, esta problemática se traduce en alrededor de 16 millones de adolescentes embarazadas entre los 15 y 19 años en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas cifras subrayan la magnitud del desafío que enfrentamos en la prevención del embarazo adolescente en el Perú, una problemática asociada a una serie de riesgos para la salud y el bienestar tanto de las jóvenes madres como de sus hijos.
Barreras y consecuencias del embarazo adolescente
Las principales barreras para hacer frente a esta problemática incluyen el limitado acceso a una atención en salud integral y métodos anticonceptivos. La Norma técnica de salud para la atención integral de salud de adolescentes incluye prestaciones como consejería en salud sexual y reproductiva, entrega de métodos anticonceptivos o descarte de embarazo a requerimiento del adolescente.
No obstante, se necesitan acciones específicas para ejecutar en su totalidad las estrategias ya planteadas en la Norma Técnica, así como un mayor presupuesto para la prevención y promoción. “Asimismo, el involucramiento de los adolescentes en actividades que no solo estén dirigidas a ellos, sino también a su red de soporte como sus padres o profesores, a través de la educación, ayudaría a tener mejores resultados”, precisa Milagros Dueñas, coordinadora del proyecto de salud materna de SES.
El embarazo adolescente tiene una serie de consecuencias tanto a corto como largo plazo en los proyectos de vida y las posibilidades de desarrollo educativo principalmente de las mujeres. “De acuerdo a un reporte publicado por la UNFPA y Plan International, el embarazo y la maternidad en adolescentes contribuyen a la transmisión intergeneracional de la pobreza, la vulnerabilidad y la desigualdad de género”, explica la especialista.
Recientemente llevamos a cabo una campaña de salud integral dirigida a adolescentes en el IE José M. Arguedas de Carabayllo.
Otras repercusiones a raíz de esta problemática incluyen:
Ciclo de la pobreza: cuando las jóvenes no completan su educación producto del embarazo, esto también restringe sus oportunidades de acceso al mercado laboral, lo cual repercutirá en las condiciones en las que crecerá su hijo o hija, arrastrando consigo estas limitaciones.
Salud emocional y psicológica: el embarazo adolescente puede tener un impacto significativo en la salud emocional y psicológica de las jóvenes madres, aumentando el riesgo de cuadros de depresión y ansiedad. “En Perú, el embarazo adolescente se produce mayormente en las familias más empobrecidas, donde a menudo es difícil que exista una figura de apoyo y contención estable para esa adolescente, lo que con frecuencia agrava los conflictos del apego y el sentimiento de soledad, contribuyendo así al desequilibrio emocional”, explica Milagros Dueñas.
Otros riesgos para la salud: las adolescentes enfrentan un mayor riesgo de complicaciones médicas durante el embarazo y el parto, como la anemia, hipertensión o diabetes gestacional.
Fortaleciendo la salud y bienestar de los adolescentes
Para abordar la problemática del embarazo adolescente en Perú es esencial adoptar un enfoque de salud integral de manera efectiva, garantizando el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, fomentando la concientización sobre los riesgos del embarazo adolescente y, finalmente, empoderando a las adolescentes para que tomen decisiones informadas y tengan control sobre su salud sexual y su futuro.
La actividad se desarrolló en el marco de la Semana de Prevención del Embarazo Adolescente, en conjunto con la Diris Lima Norte y el Centro Materno Infantil El Progreso.
A través del proyecto TEENAGERS del Programa de Salud Materno Infantil y Adolescentes (SAMIA) de SES, buscamos mejorar el acceso de los adolescentes a una atención oportuna en el establecimiento de salud, a través de estrategias comunitarias y trabajo articulado con la Estrategia de Etapa de Vida Adolescente de los establecimientos de salud.
Dentro de estas estrategias está la formación de líderes pares para la identificación de adolescentes en la comunidad que no han accedido a una atención integral o presentan problemas de salud. Otra estrategia es el acompañamiento comunitario para lograr el acceso y adherencia al tratamiento si lo requiere el adolescente. Al acercar al adolescente a una atención de salud de calidad en un espaciado diferenciado, logramos que reciba información y educación sobre la sexualidad saludable, además del acceso a métodos anticonceptivos, rompiendo así la desigualdad de atención de salud para esta población vulnerable.