En el Perú, la pobreza extrema es más que un desafío económico; es una lucha por sobrevivir. Cerca de dos millones de personas viven con menos de 251 soles al mes, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esto significa que, diariamente, cuentan con menos de 8 soles, poco más de 2 dólares, para cubrir todas sus necesidades.
Para quienes enfrentan esta realidad, enfermarse no es una opción. Sin dinero para medicinas, traslados o tratamientos, la salud queda fuera de alcance. Cada día se convierte en una elección desgarradora: proteger su bienestar o garantizar el sustento mínimo para vivir.
Se trata de un dilema que perpetúa el círculo de la pobreza y la vulnerabilidad, sin acceso a una vida digna. Para miles de personas en nuestro país, la atención sanitaria representa un lujo inalcanzable, no un derecho universal.
La crisis de acceso a la salud: cifras que preocupan
La falta de acceso a servicios de salud en Perú es alarmante. Uno de cada tres pacientes que acude a centros públicos no consigue los medicamentos recetados, según reporte reciente de la Escuela Nacional de Hogares (ENAHO). La insuficiencia de recursos afecta directamente la recuperación de quienes más los necesitan.
Para las familias más vulnerables, 7 de cada 10 soles destinados a salud cubren solo los medicamentos. Este gasto desproporcionado dificulta aún más el acceso a tratamientos. Así, la necesidad de elegir entre comida y medicinas sigue siendo una realidad cotidiana.
Para las mujeres, el panorama es más complejo. Cerca del 60% reporta problemas de acceso a servicios de salud debido a la falta de dinero (ENDES, 2022). La desigualdad económica sigue siendo una barrera significativa para su bienestar.
El acceso limitado a servicios básicos tiene un impacto devastador. De cada mil hogares en Perú, 95 no cuentan con agua potable diaria. Este déficit incrementa el riesgo de enfermedades, agravando la situación de salud de las familias más vulnerables.
Enfermarse en estas condiciones no solo afecta físicamente, sino también emocional y económicamente. Las familias enfrentan el dilema constante de atender una enfermedad o mantener el ingreso mínimo que garantiza su subsistencia diaria.
El costo emocional de la precariedad es inmenso. La desesperación por no poder acceder a medicamentos o tratamientos adecuados afecta la calidad de vida de las familias, dejando secuelas en todos los aspectos de su vida cotidiana.
«Acompañar es dar salud»: una luz de esperanza
En Socios En Salud sabemos que ningún peruano debería enfrentar estas decisiones desgarradoras. Por eso, lanzamos nuestra campaña «Acompañar es dar salud» que busca cambiar esta realidad, proporcionando acceso a tratamientos, medicamentos y apoyo integral a quienes más lo necesitan.
Con tu donación, llevamos soluciones reales a las comunidades. Tus aportes garantizan que más familias puedan acceder a medicamentos esenciales, transporte a centros de salud y una red de apoyo comunitario que salva vidas.
Cada sol cuenta. Gracias al apoyo de personas solidarias, hemos logrado que miles reciban atención médica oportuna. Tu ayuda puede marcar la diferencia para quienes enfrentan la pobreza extrema y la falta de acceso a servicios básicos.
Juntos, podemos transformar vidas. Haz tu donación hoy y sé parte de este movimiento que brinda esperanza, salud y dignidad a quienes más lo necesitan. Ayudemos a construir un Perú donde nadie tenga que elegir entre su salud y su sustento.
Donar es acompañar
Tu aporte no solo es una donación; es un gesto de solidaridad y acompañamiento. Cada sol que donas significa tratamientos accesibles, medicinas esenciales y esperanza para quienes más lo necesitan.