Alegre, risueña y juguetona, así recuerda María Elena su niñez en el distrito de Comas, con una serie de características que se vieron opacadas en los últimos años.
A mediados del 2021, ella se encontraba trabajando al cuidado de un adulto mayor, actividad que le permitía generar ingresos para costear la educación escolar de sus dos hijas. Sin embargo, un día los mareos, náuseas y la pérdida de apetito le avisaron que su vida estaba por cambiar por tercera vez.
En su condición de madre soltera, María Elena sabía que sus principales fuentes de ingreso dependían de combinar diferentes labores, como de limpieza y de cocina, actividades que vio limitadas al poco tiempo de confirmar que estaba embarazada.
“Yo me sentía muy triste, sola, decaída. Sabía que tenía que seguir adelante, busqué trabajo y no tuve éxito. Nadie contrataba a una mujer embarazada”, recuerda con nostalgia María Elena. A la incertidumbre laboral se le sumó un proceso de separación con su entonces pareja, factores que terminaron por afectar su salud mental y conducirla a un cuadro depresivo y ansioso.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 15,6 % de mujeres en países en vías de desarrollo experimentan algún tipo de trastorno mental, principalmente depresión, durante el embarazo. En el caso de María Elena, estas afecciones también la llevaron a descuidar su alimentación, lo cual se tradujo en un cuadro de anemia y en un posterior contagio de COVID-19. Su calidad de vida había empeorado considerablemente.
Maternidad saludable: el compromiso de SES
María Elena y el equipo de Socios En Salud (SES) se encontraron cuando ella tenía dos meses de gestación, gracias a que recibió una llamada de invitación para recibir ayuda. Todavía estaba a tiempo de reducir los factores de riesgo a nivel prenatal.
El distrito de Carabayllo, donde actualmente sigue viviendo María Elena, no solamente es considerado el más grande de la capital, también es uno de los distritos con las tasas más altas de mortalidad materna en Lima Norte. Para enfrentar esta problemática, SES interviene en cuatro establecimientos de salud para fortalecer la salud materna y neonatal desde la gestación hasta el puerperio; uno de ellos es el Centro de Salud (CC.SS.) La Flor, donde María Elena empezó a llevar sus controles prenatales.
“Han sido muy compasivos, solidarios y muy profesionales, me sentía escuchada por ellos”, recuerda María Elena sobre los meses que recibió atención de salud mental, sesiones de psicoprofilaxis, consejería y monitoreo a través de los programas de Salud Materna y Salud Mental de SES, como también canastas y vales de alimentos por parte del Programa de Protección Social.
Junto a María Elena también estuvo Indira, agente comunitaria de SES, que a través de estrategias de acompañamiento veló por el bienestar integral de ella y del hijo que estaba esperando. Gracias a todas estas acciones conjuntas, Abdiel nació sano a través de parto natural el 01 de febrero de 2022, a los 8 meses y pesando 3.500 kilos.
Un presente más esperanzador
Más de un año después, María Elena reflexiona sobre la importancia de haber atendido su salud mental a tiempo para asegurar un embarazo saludable: “A diferencia de mis anteriores embarazos, esta vez demostré que a pesar de las adversidades que se presentaron en mi camino, nunca desmayé. Me caí y supe levantarme. Y demostré a todos que la mayor fuerza son mis hijos”, explica.
Actualmente, ella vive una maternidad responsable y sin riesgos al lado de Abdiel, que está al día en sus controles de niño sano y disfrutando una alimentación saludable. De esta forma, SES refuerza un compromiso que ha tenido desde su fundación: priorizar las necesidades de salud de las mujeres, niños y adolescentes para asegurar el desarrollo de una sociedad equitativa y justa.