Un frente pocas veces atendido en la población transgénero es la salud mental. Si bien como sociedad civil solemos enfocarnos en tratar las infecciones de transmisión sexual (ITS) a las que están expuesta esta comunidad, en Socios En Salud (SES) sabemos que también es importante evaluar cómo un trasfondo social marcado por la violencia puede afectarla.
Esta perspectiva parte de nuestra creencia en que el derecho a la salud está asociado a otros derechos humanos, como la participación, la educación, la alimentación, etcétera. De ahí que centremos nuestros servicios en iniciativas que combatan la injusticia social y los estigmas desde la ciencia y el trabajo con todos los actores del sistema de salud.
La comunidad transgénero, precisamente, es una de las más estigmatizadas en la sociedad. Son varios los estudios realizados en el exterior que evidencian su vulnerabilidad, incluida la mayor prevalencia de afecciones de salud mental entre los adultos transgénero, no binarios y de género diverso en comparación con sus pares cisgénero.
En Perú, sin embargo, una investigación que aborde esta problemática es una tarea pendiente. La escasa literatura médica al respecto no permite observar del todo su complejidad. Por eso, SES decidió llenar ese vacío con un estudio que vincule la presencia de enfermedades mentales en las mujeres trans con las experiencias de discriminación por la que hayan atravesado.
Gracias al apoyo de Socios en Salud, Brenda Mijahuanca, una mujer transgénero de 35 años, recibió atención especializada al ser diagnosticada con depresión y ansiedad, lo que resultó en mejoras significativas en su salud mental y un aumento en su autoestima.
Un estudio necesario
En 2021, en el contexto de la pandemia, en SES realizamos la primera encuesta que registra la frecuencia de síntomas depresivos en una muestra significativa de mujeres trans, quienes viven en condiciones vulnerables y enfrentan factores estresantes de salud, tales como la violencia y la discriminación en distintos ámbitos.
Los hallazgos son contundentes. De las 112 encuestadas participantes, el 95,5% afirmó haber sufrido discriminación por su identidad de género en recintos judiciales y policiales, así como en entornos familiares y sanitarios. Entre tanto, un 83,8% reportó experiencias de violencia por la misma razón, sobre todo en establecimientos educativos y áreas recreativas.
El estudio demuestra que todos estos episodios influyen sobre la salud mental de las mujeres trans, ya que un 81,2% de las encuestadas fue diagnosticada con depresión. Además, entre quienes son pacientes de VIH, un 78,2% presentó síntomas depresivos. Una cifra mayor a los resultados de encuestas similares que se realizaron en Estados Unidos y Brasil.
“Estos datos muestran la importancia de poder implementar políticas públicas a favor de la salud mental y la no violencia y discriminación hacia esta población”, señala Renato Errea, jefe del Programa VIH de SES. Por ello, la investigación hace un llamado a que el sistema de salud pública integre intervenciones de salud mental en el tratamiento a mujeres trans con VIH.
Este acompañamiento, sugiere el estudio, podría aplicarse de manera local por trabajadores de la salud no especializados dentro de servicios rutinarios de atención del VIH. Un paso inicial que contribuiría a reducir las brechas de acceso a la atención de salud mental y mejorar la adherencia al tratamiento.
Un estudio elaborado por Socios En Salud encontró vínculos entre la salud mental y el trasfondo social en el que viven las mujeres trans.
Comunidades prioritarias de Socios en Salud
En Partners In Health (PIH) & Socios En Salud creemos que todas las vidas humanas son igualmente valiosas y toda persona tiene el derecho irrenunciable a estar sana. Sin embargo, en un mundo donde la injusticia social es moneda corriente, son varios los grupos que viven impedidos de acceder a los beneficios de la ciencia médica moderna.
A todos ellos decidimos englobarlos como nuestras “comunidades prioritarias”, enfocándonos sobre todo en las comunidades que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema. Se tratan de colectivos históricamente vulnerables, que requieren de todo nuestro esfuerzo y compromiso para ayudarlos a luchar contra la desigualdad de la que son víctimas.
Son ellos y ellas nuestra razón de servicio y acompañamiento:
- Mujeres
- Niños y niñas
- Adolescentes
- Población LGTBQ+
- Trabajadoras sexuales
- Migrantes
- Población indígena
- Personas privadas de su libertad (PPL)
Sin importar cuán imposible o difícil pueda parecer esta tarea, en SES nos mueve la misión de llevar a cada una de estas comunidades la cura contra la injusticia.
