En Perú, la anemia es un problema de salud pública. En 2023, afectó al 43.1% de niñas y niños de 6 a 35 meses de edad, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Un incremento de 1.2%, en comparación al año anterior, que ha llevado a las autoridades sanitarias a plantear nuevas soluciones para ponerle un alto a esta afección.
“Debemos mirar a la anemia como un problema multicausal”, dice al respecto Karen Ramos, jefa del Programa Salud Materno Infantil y Adolescentes (SAMIA), de Socios En Salud.
En esa línea, el Ministerio de Salud (MINSA) ha publicado el pasado mes de abril su “Plan multisectorial para la prevención y reducción de la anemia materno infantil en el periodo 2024-2030”, que reúne diversas acciones para disminuir la prevalencia de este problema de salud a 37.2 % en niñas y niños, con énfasis en menores de 36 meses de edad y gestantes.
Además, ha aprobado dos normas técnicas que destacan el rol de “los actores sociales”. Una de ellas plantea “lineamientos para la implementación de visitas domiciliarias” para promover el desarrollo infantil, mientras la otra recoge el valor de las citas presenciales y las teleconferencias en la prevención de la anemia.
Se trata de una labor que Socios En Salud ha venido fortaleciendo desde hace años a través de sus agentes comunitarias. Prueba de ello es Ally Wambra 2.0, segunda versión de una intervención educativa de SAMIA que, mediante el acompañamiento comunitario, busca disminuir la anemia en niños y niñas de 6 a 12 meses, en Carabayllo.
Enrolar y dar seguimiento, dos etapas claves
Con solo ocho meses, el pequeño Marvin pasó por un dosaje de hemoglobina en el Centro de Salud Su Majestad Hiroito, en Carabayllo. Sus resultados, inferiores a los 11g/dL recomendados por la Organización Mundial de Salud (OMS), preocuparon a su madre, Elva Calle.
Fue entonces que, como parte de su búsqueda activa, el equipo de Ally Wambra 2.0, gracias a su alianza con la Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) Lima Norte, se puso en contacto con ella y visitó su domicilio. Así, en noviembre de 2023, Marvin se sumó a los 60 niños que fueron enrolados en esta segunda versión de la iniciativa de SAMIA.
“Me han ayudado bastante”, reconoce Calle. “Aprendí mucho con sus recetas y con el apoyo, la motivación, y uno que otro consejito”.
Actualmente, la madre de Marvin se muestra agradecida con Inela Espinoza, agente comunitaria de Socios En Salud con más de 20 años de experiencia que le fue asignada para hacerle seguimiento a su bebé durante el tratamiento contra la anemia.
Según la nutricionista Andrea Flores, auxiliar de Ally Wambra 2.0, este régimen comprende dos puntos: primero, el consumo del suplemento de hierro; segundo, la ingesta de víveres altos en dicho mineral mediante la alimentación responsiva, estrategia que consiste en ofrecer una variedad de alimentos saludables en porciones apropiadas para la edad de cada niño(a).
“Las visitas domiciliarias de las agentes comunitarias velan por ambos puntos: el seguimiento de la suplementación, incluso si se muestran efectos adversos, y la alimentación responsiva que la madre brinda a los niños”, indica.
Antes de establecer contacto con las madres o cuidadoras, Espinoza recibió capacitación en la prevención y recuperación de anemia, y en el uso del aplicativo móvil “Yo Promotor”, que le permite registrar información relevante durante su monitoreo.
“El trabajo que hago es completo, porque no solo me enfoco en anemia, sino vivo la realidad de las madres. Terminamos siendo consejeras muchas veces. Uno va con la misión de orientar en alimentación responsiva, pero en un hogar sin recursos, se trabaja con lo que hay”, dice.
Junto con un equipo de nutricionistas, las agentes comunitarias orientan a las madres o cuidadoras a aprovechar los insumos a los que pueden tener acceso y preparar recetas nutritivas y sabrosas que eleven los niveles de hierro en la sangre de los bebés.
“Promocionamos la sangrecita, el hígado, y si hay un rechazo por parte de los niños a comerlo, recomendamos mezclarlo con el camote, que es dulce, o adicionarlo en un mousse de mango, por ejemplo, que ha facilitado mucho el consumo de estos alimentos”, indica Espinoza.
Algunos resultados preliminares
Las “creencias culturales” suelen influir en las razones por las que las madres o cuidadoras de niños o niñas deciden abandonar el tratamiento contra la anemia, indica Karen Ramos. “Creen que solo con alimento puede superarse (el problema)”, afirma.
Sin embargo, Ally Wambra 2.0 viene demostrando que es necesario el acompañamiento como una pieza esencial en la lucha contra este problema de salud, que puede tener consecuencias irreversibles en el desarrollo psicomotor de un niño.
“Necesitamos a personas que sepan del tema, a las agentes comunitarias líderes que puedan contactar con las mamás y las acompañen durante el tratamiento para que no lo abandonen”, señala Ramos.
Así lo han sabido valorar madres como Elva Calle, cuyo bebé ha logrado recuperarse de la anemia, y también las autoridades sanitarias, que vienen implementando las visitas domiciliarias y las teleconferencias en sus planes de acción para prevenir esta afección.
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