En las últimas semanas, el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) del Perú ha registrado más de 230 emergencias en 22 regiones del país, provocadas por incendios forestales. Hasta la fecha, estos siniestros han causado la muerte de 20 personas y de más de 300 animales, y ha dejado 155 heridos y más de 1,800 damnificados.
La catástrofe también ha arrasado casi 1,500 hectáreas de cultivo, así como 16 áreas naturales protegidas por el Estado y 5 sitios turísticos. Cusco, Cajamarca, Amazonas, La Libertad, Huancavelica, Huánuco y Áncash son solo algunos de los departamentos más afectados. En lo que va de 2024, INDECI ha reportado más de 300 incendios forestales y la situación sigue siendo crítica.
Pero estos desastres no solo destruyen ecosistemas, propiedades y medios de vida. También pueden generar una profunda carga emocional y psicológica en las personas afectadas, sobre todo en aquellas que viven en comunidades cercanas a los incendios y se ven obligadas a abandonar o perder los recursos naturales y enfrentar incertidumbres sobre su futuro.
“Ocurrió con la pandemia del COVID-19, también con los huaicos en años anteriores. En situaciones así, el estrés y la ansiedad se incrementan, sobre todo por el nivel de desconcierto y desconocimiento. Hay una premura por resolver el problema, pero sin tener los recursos necesarios, aumentan los indicadores de ansiedad”, señala Carmen Contreras, jefa del Programa de Salud Mental de Socios En Salud.
Contreras explica que “la cercanía de las personas con la muerte, directa o indirectamente, intensifica estos problemas de salud mental”. “A la larga, se generan crisis emocionales, familiares, económicas. Una bola de nieve capaz de producir problemas postraumáticos”, agrega la psicóloga Margot Aguilar, del equipo de SAME.
PAP, una respuesta ante la crisis
En medio de una crisis, tales como desastres naturales, enfermedades pandémicas y otras, Socios En Salud resalta la importancia de implementar los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) para cuidar del bienestar emocional de los damnificados. Su objetivo es que la persona se recupere de su estado de trastorno y recupere la funcionalidad para poder afrontar el evento a nivel emocional, conductual y racional.
«Se trata de una primera intervención psicológica breve», afirma Aguilar. «En la primera etapa, se verifica las necesidades inmediatas, como el estado de salud de la persona, si tiene lo básico en seguridad y alimentación. Luego se evalúan los temores básicos que enfrenta y se le brinda soporte para que pueda estar más tranquila dentro de sus posibilidades», agrega.
En suma, los PAP son una práctica de soporte y cuidado no intrusiva, que prioriza la escucha de las personas sin presiones y otorga comodidad y ayuda para que se sientan calmadas. Sus principios de acción son los siguientes:
- Mirar: cómo se evalúa la situación actual de la persona afectada, quién necesita apoyo dentro del grupo familiar, cuáles son los peligros que las personas pueden experimentar, las necesidades actuales del afectado y las reacciones emocionales esperadas.
- Escuchar: cómo empezar la conversación y las introducciones, prestar atención y escuchar activamente, aceptar los sentimientos, calmar a alguien que está estresado, preguntar sobre necesidades y preocupaciones actuales, ayudar a encontrar soluciones a las necesidades y problemas.
- Conectar: entender cuándo referir a una ayuda psicológica especializada o a brindar información sobre lugares de apoyo.
La jefa del programa SAME destaca que este primer auxilio puede brindarlo un(a) psicólogo(a), y personal capacitado, como los agentes comunitarios, al no ser una consejería profesional ni contener una discusión detallada de los eventos que causan estrés.
El enfoque «Una Sola Salud»
El enfoque «One Health» (conocido en español como «Una Sola Salud»), impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es fundamental en un contexto como el de la propagación de incendios forestales, ya que permite entender cómo la degradación del medio ambiente y los desastres naturales afectan tanto la salud física como la mental.
“Hay muchos problemas de salud que provienen de problemas ambientales. Hay mucha información en torno al cambio climático que no estamos enlazando con la salud mental, por ejemplo. Debemos conectar los saberes de la comunidad, junto con los científicos, para fortalecer la prevención en relación al cuidado del medio ambiente”, indica al respecto Carmen Contreras.
Así, «Una Sola Salud» resulta crucial, pues reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. Socios en Salud, por ello, apuesta por incorporar este enfoque en sus intervenciones para asegurar que sus soluciones sean más completas, involucrando tanto a los sectores de salud, medio ambiente y agricultura como a las comunidades locales.