De la experiencia a la acción: cómo la consejería de pares refuerza el tratamiento de tuberculosis

A veces, cuando acompaña a una persona afectada por tuberculosis (PAT), Marlene Osorio nota cuándo alguien ha tomado su medicación y cuándo no. No es intuición, sino memoria. Hace casi diez años, ella misma tuvo la enfermedad y, en algún momento, también escondió una de las muchas pastillas que debía tomar cada día. 

“Cada persona con tuberculosis (TB) vive algo que yo también he vivido”, dice Osorio. Todavía recuerda que, tras recuperarse, sintió una infatigable curiosidad de entender mejor por lo que había pasado. «A uno, como afectado, le pasan muchas cosas, y es entonces cuando necesitas de otras personas», afirma. 

Por ello, decidió formar parte de una Organización de Afectados por la Tuberculosis (OAT) a fin de brindar acompañamiento a personas con TB que, como ella, buscaban apoyo en alguien que hubiera vivido en carne propia la enfermedad, enfrentado dificultades en el acceso a los servicios de salud y superado los múltiples desafíos de su atención y cuidado. 

Esta experiencia la animó, en 2023, a unirse a una intervención destinada a desarrollar un plan piloto de consejería de pares en tuberculosis. Implementada por Socios En Salud en coordinación con el Ministerio de Salud (MINSA - DPCTB) y la Coordinadora Nacional Multisectorial en Salud (CONAMUSA), esta iniciativa se enmarca en el Proyecto País TB-VIH 2022-2025. 

Como primer paso, Osorio completó el Curso de Consejería de Pares TB para fortalecer sus habilidades. Desde octubre de 2024, al igual que sus compañeros de promoción, brinda sesiones de consejería en establecimientos de salud del norte de Lima. 

La consejería de pares es una estrategia de acompañamiento en la que personas que han superado la tuberculosis (TB) o están en las últimas etapas de su tratamiento —conocidas como consejeros pares— brindan apoyo emocional y orientación a otras personas afectadas por la enfermedad. Su rol es clave en la prevención, promoción de la salud y control de la TB, pues ayuda a mejorar la adherencia y aumentar las probabilidades de completar las terapias con éxito. 

“En mi tiempo, salvo mi familia, me faltaba una persona que me escuchara. Mi caso fue terrible, pues mi tratamiento fue de tuberculosis multidrogorresistente (TB-MDR) y duró casi dos años”, cuenta Jessica Palacios, quien superó esta enfermedad hace 15 años y hoy forma parte de una OAT en el distrito Villa María del Triunfo al sureste de Lima. 

Al igual que Osorio, Palacios fue una de las 34 personas convocadas a la primera edición del curso. Con una década de experiencia como consejera par, asegura que capacitarse le ha brindado herramientas valiosas. “La enseñanza que nos han dado tiene pautas, metodología y dinámicas”, sostiene. «Ayudar a los demás es lo que me ha motivado. (A las PAT) les doy un poco de mi tiempo, los escucho, conversamos, nos llenamos de información, intercambiamos experiencias”. 

Capacitar para transformar 

La tuberculosis sigue siendo un problema de salud pública en el Perú. A pesar de contar con tratamientos efectivos, su éxito se ve afectado por la falta de seguimiento y las condiciones de vulnerabilidad de las personas afectadas. En 2020, el 4.6 % de los pacientes con TB abandonó su terapia, y en 2019, la tasa de pérdida en casos de TB-MDR alcanzó el 18.5 %. 

Por ello, el MINSA incorporó la consejería de pares en su norma técnica de salud como parte de los lineamientos para la prevención y control de la TB. Esta estrategia promueve la salud con enfoque de derechos, equidad e interculturalidad. “Resalta la importancia del acompañamiento, la educación y el apoyo psicosocial para fortalecer la adherencia al tratamiento y la prevención”, señala Diana Yupanqui, especialista en capacitaciones del Proyecto País. 

“Cuando nos presentamos como alguien que ha pasado por lo mismo, las personas están más dispuestas a escucharnos, algo distinto a cuando reciben indicaciones del personal médico”, explica Sofía Canchari, consejera par que tuvo TB hace 15 años y este año está cursando la segunda versión del Curso de Consejería de Pares en TB. 

En ambas ediciones del curso —la primera en 2023 y la actual, en 2025—, se realizó un proceso de convocatoria dirigido a las OAT vinculadas al Proyecto País TB-VIH. Para la selección, se establecieron criterios como pertenecer a una OAT, tener al menos seis meses de participación en la organización y haber sido una persona afectada por TB. En la segunda edición, se añadieron entrevistas cualitativas para evaluar los conocimientos de los postulantes sobre TB y sus respuestas ante casos simulados de PAT en distintos escenarios, incluyendo establecimientos de salud y su entorno. 

«Hasta ahora, el curso me ha permitido entender mejor la enfermedad, el proceso de recuperación y los efectos adversos de los medicamentos, algo que debemos explicar con claridad a los pacientes», comenta Canchari, quien está culminando esta capacitación en una promoción de 23 PAT de Lima Metropolitana y regiones como Chimbote, Iquitos y Trujillo. 

Yupanqui destaca el enfoque educativo del curso: “Integra la reflexión y la práctica como pilares del proceso formativo”. Estructurado en tres unidades, el programa aborda temas esenciales como la atención comunitaria en TB, los fundamentos teóricos de la enfermedad y la consejería de pares. Esta última sección incluye dos talleres presenciales diseñados para fortalecer las habilidades de comunicación, la gestión socioemocional y la práctica simulada de sesiones de consejería. 

«Cada profesor es único en su forma de llevar las clases. Hay muchas cosas nuevas, como terminologías y medicamentos, varios de ellos que entonces yo ni tomaba», afirma Alberto Amaya, otro consejero par que hace 18 años superó la TB-MDR y, actualmente, también lleva el curso. «Tengo experiencia acompañando a personas con TB, pero con esta capacitación podré hacerlo aún mejor”, añade.

Empoderar con conocimiento 

Marlene Osorio sabe que su labor no se limita a compartir información. Busca conectar con cada una de las personas afectadas con TB que visita en distritos como Puente Piedra, Independencia y Comas, transmitiendo confianza y claridad en sus mensajes. Para ello, combina el conocimiento teórico con la práctica, adaptándose a las necesidades de cada paciente. 

“(A las PAT) les explico que deben cuidarse y proteger a los demás. Siempre les doy un ejemplo: ‘¿Han visto a Gokú [personaje del dibujo animado Dragon Ball]? Cuando lo golpean, se vuelve más fuerte. Así son las bacterias. Si no tomas las pastillas, se harán resistentes y el medicamento ya no funcionará’”, comenta.  

Osorio y Palacios saben que los primeros 30 días de tratamiento son clave para evitar el abandono, especialmente en personas con problemas de drogodependencia a quienes ellas acompañan. Cada caso supone un desafío complejo, y a ello se suma la tarea de ayudarles a enfrentar el estigma con información. 

“Antes no conocíamos nuestros derechos”, señala Palacios, quien realiza consejería en Villa María del Triunfo. “Ahora los centros de salud son más empáticos. Además de acompañar a las PAT, llevamos charlas a mercados, parroquias y comedores populares para hablar sobre el estigma y la discriminación”.  

La consejería de pares también empodera. “Gracias a las capacitaciones, he cambiado mucho. Antes era muy tímida, me costaba hablar en público. Hoy me importa poco que sepan que tuve TB; lo valioso es que la comunidad aprenda a prevenir la enfermedad. Y a los pacientes les digo: no se desanimen, esta enfermedad tiene cura”, afirma Palacios.  

Fortaleciendo las competencias de personas afectadas hasta convertirlas en líderes comunitarios, es así como Socios En Salud transforma experiencias personales en herramientas de cambio. Con cada nueva promoción de consejeros, la red de apoyo crece, demostrando que la recuperación es un camino que nadie debe recorrer solo. 

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