Delia Bruno, de 32 años, estaba en el último trimestre de gestación de su primer embarazo cuando fue al Centro de Salud Juan Pablo II, ubicado en el distrito de Carabayllo, al norte de Lima, a finales de 2023. Anteriormente, había acudido a este establecimiento para su control prenatal. Pero algo en ella no andaba bien.
“Yo me sentía muy mal, rotundamente deprimida”, recuerda. “Cuando yo entraba a mis controles, lloraba de tristeza. No veía la vida como ahora la veo”.
Los síntomas de Bruno eran similares a los de casi un 30% de gestantes de Lima Norte, según identificó un estudio del Programa de Salud Mental (SAME) de Socios En Salud. La separación con el padre de su hija, marcada por indicios de infidelidad, le resultaba difícil de asimilar. Una amenaza de aborto, además, no le permitía ver su embarazo como “una etapa especial”.
Fue entonces que su ginecóloga le presentó a la psicóloga María Fernanda Amézquita, responsable de la estrategia Pensamiento Saludable (PENSA) del Programa SAME, quien aquel día se encontraba de visita en el Centro de Salud Juan Pablo II.
“Ahí comencé todo. Ahí comenzó la llamada”, dice Bruno.
En enero de 2024, Socios En Salud se puso en contacto con ella. Aunque admite que estuvo a punto de no responder la llamada —desconfía de los números desconocidos—, terminó por contestar el teléfono. Hoy es una de las 80 mujeres que reciben atención a través de PENSA este año, incluyendo terapia gratuita y apoyo psicológico. A cuatro meses de ingresar a la estrategia, con su bebé de dos meses en brazos, Bruno reconoce que ha obtenido mejoras.
“Ahorita me siento no al cien por ciento bien, pero me siento bien”, dice. “Hay días en que recaigo como hay días que me siento mucho mejor. Poco a poco se avanza”.
Delia Bruno sostiene a su pequeña bebé en los exteriores de su hogar en Carabayllo, Lima.
Foto de Diego Diaz / SES
La búsqueda activa de mujeres embarazadas
Socios En Salud ha trabajado en Perú durante más de 25 años, con una respuesta inicial a un brote mortal de tuberculosis multirresistente en Carabayllo. En los años posteriores, ha ampliado sus programas para brindar atención médica y apoyo social en una variedad de áreas clínicas, incluida la salud mental.
Así, en 2018, implementó PENSA, una estrategia recomendada por la Organización Mundial de la Salud para mujeres embarazadas con depresión. Esta iniciativa comenzó en la comunidad de Carabayllo y utilizó materiales desarrollados por Atif Rahman, psiquiatra infantil e investigador clínico de la Universidad de Liverpool.
“Iniciamos el trabajo con ocho mujeres embarazadas y todo fue presencial”, dice Amézquita. “Hasta el momento hemos intervenido a más de 500 mujeres embarazadas”.
La intervención de PENSA está conformada por 16 sesiones, divididas en módulos, que se centran en tres áreas esenciales: la salud de la madre, la relación de la madre con el bebé y la relación de la madre con las personas que le rodean.
“Tratamos de reforzar estas áreas para que ellas puedan tener un soporte emocional en sus familiares y desarrollen un correcto vínculo afectivo con sus hijos o hijas, así como con ellas mismas”, indica Amézquita.
Además, afirma que realizan la búsqueda activa de “mujeres que están llevando su control pre y posnatal en centros de salud y muestran síntomas de depresión”, tras obtener el permiso de la Dirección de Redes Integradas de Salud de Lima Norte, del Ministerio de Salud.
“Visitamos a los establecimientos de salud, nos contactamos con las gestantes de manera presencial o por teléfono y las invitamos a participar de una evaluación para depresión con pruebas recomendadas por el Ministerio de Salud», explica Amézquita.
Así fue como Socios En Salud desarrolló el piloto de PENSA. Incluso antes de la pandemia de COVID-19, realizaba sus sesiones con mujeres embarazadas y madres a través de videollamadas, o por teléfono en caso de problemas de cobertura de internet. Cuando se reanudaron las actividades presenciales, también lo hicieron las visitas domiciliarias.
La estrategia también consideró cada determinante social (identificando los recursos que las familias pueden necesitar, como vales para transporte, alimentos y apoyo social), lo cual ha sido clave para su éxito general.
Susana Gamboa, una de las 22 agentes comunitarias capacitadas por el Programa de Salud Mental para la estrategia Pensamiento Saludable.
Foto de Diego Díaz / SES
Cuidado desde la comunidad
Leidith Tinoco, de 38 años, aún recuerda con gratitud la dedicación que le mostró Susana Gamboa, la agente comunitaria que Socios En Salud le asignó como parte de su terapia en PENSA.
“La doctora (así llama Tinoco a Gamboa) ha estado pendiente de mí. Me siento muy agradecida”, dice.
Las agentes comunitarias son residentes locales contratados en las comunidades donde trabaja Socios En Salud y están capacitados para brindar atención médica básica, como entregar medicamentos, controlar a los pacientes en casa o acompañarlos a sus citas. PENSA tiene 22 personas dedicadas a esta labor y capacitadas en salud mental materna.
Tinoco estaba embarazada de su cuarta hija cuando ingresó a la estrategia PENSA en abril de 2022. Antes había acudido al Centro Materno Infantil El Progreso, en Carabayllo, en busca de ayuda psicológica, pues atravesaba por problemas familiares y económicos, que le hacían experimentar pensamientos negativos sobre sí misma.
“Hubo momentos en que quería desaparecer, porque a veces tenía problemas con mi esposo, (mientras estaba) embarazada (…) Yo era muy desconfiada”, cuenta.
Amézquita y el equipo de PENSA habían escuchado historias como esta antes. La escasez de recursos, las rupturas de pareja, la falta de reconocimiento en el hogar, la violencia intrafamiliar y los embarazos no deseados suelen ser los factores que contribuyen a la depresión en las mujeres gestantes. Un camino difícil en el que necesitan un acompañamiento constante para continuar su tratamiento.
Leidith Tinoco se incorporó a Pensamiento Saludable en plena pandemia de COVID-19. Recibió tratamiento a través de videollamadas y destaca que la comunicación constante con el equipo de Socios En Salud fue clave para su recuperación.
Foto de Diego Díaz / SES
“Cuando las mamás sienten que están a su lado, eso les ayuda más que cualquier cosa. ‘No estás sola’ es la frase clave”, dice Susana Gamboa, quien fue capacitada como agente comunitaria del equipo de PENSA durante la pandemia.
Tinoco dio fe de que, durante toda su terapia, Gamboa siempre estuvo ahí para escucharla.
“A veces discutía con mi pareja y llamaba a la doctora [Gamboa]”, cuenta. “Le decía que quería dejar todo, pero [Gamboa] me aconsejó y confié en ella. Hablábamos con el manual [de PENSA] en la mano. Todo eso me ayudó».
En más de una ocasión, Gamboa ha ayudado a convencer a madres y mujeres gestantes de continuar la terapia. La empatía y el manual de PENSA, asegura, son sus mejores herramientas para afrontar los diferentes casos que encuentra. También es clave la supervisión continua de los psicólogos de PENSA, a quienes las agentes comunitarias reportan el progreso de las mujeres que atienden.
Según Amézquita, las mujeres terminan viendo a las agentes comunitarias “como sus amigas, sus doctoras, sus psicólogas”.
“Tratamos de afianzar bastante la confianza entre ellas para continuar su seguimiento hasta que su hijo cumpla un año de edad”, destaca.
La familia también está involucrada en el proceso de recuperación de estas mujeres. Para Tinoco, que su esposo asumiera las tareas domésticas fue crucial para continuar en PENSA, mientras que, para Bruno, el apoyo moral de su padre resultó significativo. Es la suma de estos esfuerzos lo que ayuda a las madres y a las futuras madres a encontrar un faro en la tormenta.
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